Larga vida a la diversidad. Los límites de la estética masculina y femenina se difuminan en esta nueva era. La pregunta de quien lleva los pantalones y las faldas, ya no es un tema de género. La amalgama tiene que ver con un cambio total en los códigos de la Moda: fluidez y libertad.
El santo y seña en la indumentaria de la mujer empoderada es su sastre pantalón. Ya no se trata de feminidad ni de masculinidad simplemente de creatividad y libertad. La camisa blanca, el sastre pantalón el smoking son el idilio cada vez más recurrente de la mujer con su armario.
La Moda siempre ha sido el espejo que refleja los cambios sociales. La lucha de géneros y la liberación femenina son el resultado de estos cambios de look en las mujeres y hombres.